Cómo fomentar el pensamiento positivo en niños

¿Cómo fomentar el pensamiento positivo en niños?

Isabel María García Munuera_Psicóloga General Sanitaria.

Desde que Martin Seligman introdujo la psicología positiva en nuestra sociedad, tenemos a nuestro alcance modelos y herramientas para potenciar el autocontrol, el bienestar emocional y la paz interior entre otros. A continuación, veremos una serie de pautas para ayudar a nuestros hijos a desarrollar un pensamiento positivo. Estas pautas las puedes encontrar más extendidas en el libro “El cerebro del niño explicado a los padres” de Álvaro Bilbao. A continuación te proporcionamos una serie de puntos para ayudar a que los niños se sientan más felices, y desarrollen el pensamiento positivo:

  1. Tolerar la frustración

Aprender a tolerar la frustración es clave para fomentar el pensamiento positivo. La fijación de límites que nuestro hijo tenga que respetar (normas de casa, horarios para jugar a la consola… van a ayudar a entender que no se puede tener todo siempre. Y es que la vida está llena de satisfacciones, pero también de frustraciones, por lo que es crucial que el niño aprenda a sobrellevar la frustración y entender que la palabra “NO” la ca a escuchar muchas veces a lo largo de su vida. Por otro lado, es importante que a la hora de establecer límites a nuestros hijos se puede hacer de modo tranquilo, desde el afecto y respeto, haciéndoles partícipes del establecimiento de esos límites. Si involucramos a nuestros hijos en las normas de casa y establecimiento de horarios va a ser más fácil que lo lleven a cabo. Sería bueno que tuviese momentos libres de normas o con menos normas, como por ejemplo durante el fin de semana o periodos vacacionales.

  1. No colmar todos sus peticiones o deseos

Los estudios realizados hasta la fecha no han encontrado ninguna relación entre riqueza y felicidad, si bien es cierto que la compra de un coche nuevo o que nos toque la lotería nos produce felicidad, porque nos hace sentirnos satisfechos, esta sensación sólo dura unos minutos o, a lo sumo, unos días. ¿Qué le enseñamos a nuestros hijos si no le otorgamos todos los caprichos? Primero, que la felicidad no se compra. Segundo, que en la vida no se puede tener todo. Y por último, que nuestra felicidad depende exclusivamente de nosotros mismos, por cómo somos y cómo nos relacionamos con el resto.

  1. Cultivando la paciencia, fiel aliada

Desde el momento de la lactancia podemos empezar a entrenar la paciencia, y es que cuando desee tomar pecho, puedes confiar en su capacidad de esperar y no atender su llanto con desesperación y urgencia, no se trata de no atenderlo, se trata de atenderlo lo antes posible, pero de forma calmada. Enseñar a tu hijo que para conseguir el regalo que quiere tiene que esperar a su cumpleaños, que antes de comer tiene que lavarse las manos. Esto, le hará aprender a esperar con ilusión, aunque lo viva con cierta impaciencia, esto es una característica de las personas felices.

  1. Dirige la atención de tu hijo hacia lo positivo

Otra diferencia entre las personas infelices y felices es que las personas que no son felices tienden a centrarse en aquello que les falta, en cambio, las personas felices se fijan en todo aquello que tienen. Enseñar a tu hijo a dirigir su atención en todas las cosas que tiene cuando nos exprese su frustración por las cosas que sus amigos tienen y él no. Es importante escuchar lo que nos expresa, pero explicarle que aquellas personas que se fijan en lo que sí poseen se sienten felices y afortunadas, así cómo ayudarle todo lo que tiene, tanto cosas materiales como inmateriales. Escribir en un cuaderno, antes de dormir, al menos 3 cosas positivas que te hayan ocurrido durante el día, puede ayudarte a entrenar esta habilidad.

  1. Gracias y buen trato valen mucho y cuestan barato

Y es que el refranero español es en su mayoría muy sabio. Trabajar el agradecimiento con nuestros hijos es otro elemento fundamental que les va a ayudar a ser más felices; existen numerosos estudios que así lo demuestran; y es que en el momento en que agradecemos algo estamos, al mismo tiempo, centrando la atención en la parte positiva. La psicóloga Patricia Ramírez habla del Valor de Gratitud en su libro “Educar con serenidad”, y es que se relaciona con valores positivos, de benevolencia, compasión y humildad. No te asustes si a priori no se les ocurre nada, tendemos a normalizar nuestro nivel de comodidad y bienestar, a veces, lo que vemos como normal, porque siempre lo hemos tenido, es un lujo para otra mucha gente. Si tienes la oportunidad, siéntate con tus hijos y ve con ellos documentales o películas que muestren otra visión del mundo. Debemos hablar con los niños sobre el valor de las cosas, sobre lo que cuesta conseguirlas, sobre la labor de las ONGs. No se trata de que sufran, se trata de que sean conscientes de que su vida tiene privilegios, por los que hay que estar agradecido, que otros niños no poseen.

  1. Actividades gratificantes

Dedicar tiempo a hacer cosas que nos gustan nos proporciona felicidad. Proporcionar a nuestro hijo ciertas actividades en las que se sientan cómodos, como hobbies puede ayudarle.

Isabel María García Munuera_Psicóloga General Sanitaria