Ayer, lunes 18 de diciembre, se celebró el Día Nacional de la Esclerosis Múltiple; por
ello, es de justicia que desde la logopedia y la psicología abordemos esta afección,
recopilando información sobre la misma que nos ayuda a comprenderla y tratarla.
La esclerosis múltiple (EM) es una afección neurológica que afecta el cerebro y la médula
espinal (el sistema nervioso central), los cuales controlan todas las funciones corporales.
Esta afección daña la vaina que protege los nervios (mielina) y actúa como el
revestimiento de un cable eléctrico. La pérdida de mielina (desmielinización) va
acompañada de una alteración de la capacidad de los nervios para conducir los impulsos
eléctricos hacia y desde el cerebro. Esto provoca una serie de síntomas característicos
como visión borrosa, debilidad en los miembros, sensación de hormigueo, mareos y
fatiga.
La esclerosis múltiple es una enfermedad neurodegenerativa que provoca daños
sensoriales, físicos y psíquicos, produciendo diversas discapacidades. Primeramente, se
ha de mencionar todos aquellos brotes relacionados con la disartria, es decir, la dificultad
de hablar. También se habrá de mencionar aquellos brotes que puedan afectar de alguna
manera a la calidad de la voz o el volumen del habla, estando estos más relacionados con
el sistema respiratorio. Segundamente, se ha de sugerir todos aquellos procesos
neurológicos agudos que deriven en cualquier tipo o grado de disfagia, incluyendo
alteraciones en masticación y deglución.
Otro punto importante que ver con respecto a alteraciones que se pueden encontrar en
consulta logopédica con relación a esta patología, se trata de algunas alteraciones
cognitivas, como la pérdida de memoria o de atención. En este momento, es cuando cobra
especial importancia la salud psicológica de una persona, no sólo como tratamiento de
rehabilitación cognitiva sino trata de un determinante muy importante de su evolución
sobre todo a la hora de hablar de una enfermedad como la esclerosis múltiple donde las
recaídas y las recuperaciones se ven muy marcadas por el estado mental en el que se
encuentra el paciente. Una peor salud mental generará unos peores resultados, también
generará que la evolución del paciente sea mucho más lenta que si se encontrara en plenas
capacidades.
De momento, los tratamientos que se siguen se basan en disminuir y tratar la
sintomatología de los pacientes. Es por ello que, el tratamiento logopédico, la fisioterapia
o el acceso a tratamiento psicológico cobra cada vez mayor importancia entre los
pacientes.
Todo terapeuta que se encuentra trabajando con estos pacientes ha de asegurarse de qué
puedan llegar a alcanzar plenas condiciones con respecto a este tema. Para ello se debe
analizar y valorar cuál es el estado en el que se encuentra el paciente, y utilizar diversas
técnicas qué permitan obtener información directa del estado del mismo. Todas estas se
basarán en utilizar tanto la empatía y la actitud empática como técnicas asertivas en la
comunicación. Si necesitáis más información, los profesionales de nuestra clínica os
guiarán durante todo el proceso.
