LA ENURESIS INFANTIL

LA ENURESIS INFANTIL

¿QUÉ ES LA ENURESIS?

Uno de los problemas con el que se pueden encontrar los padres es que su hijo moje la cama o la ropa. Cuando esta situación no es aislada, podemos estar ante un trastorno denominado Enuresis. Los criterios para empezar a sospechar que nuestro hijo tiene esta alteración son los siguientes:

  • Emisión repetida de orina en la cama o en la ropa, ya sea de manera involuntaria o voluntaria. El carácter voluntario de la emisión ha sido sometido a debate durante los últimos años, pero en este momento, se aceptan las dos situaciones como características de la enuresis.

  • Se produce la emisión de orina con una frecuencia de al menos 2 veces por semana, durante un mínimo de 3 meses consecutivos.

  • Estas emisiones provocan un malestar clínicamente significativo o un deterioro en los ámbitos familiares, sociales y académicos del niño.

  • El niño ha cumplido los 5 años, o tiene un grado de desarrollo equivalente.

  • Las emisiones de orina no pueden atribuirse a afecciones médicas o a los efectos de una sustancia.

Además de conocer los criterios que se utilizan para sospechar del diagnóstico de Enuresis, es importante entender los tipos que podemos encontrar:

  • Enuresis Nocturna: la emisión de orina sólo se da durante el sueño. Es, con diferencia, la más común, y afecta sobre todo a niños.

  • Enuresis Diurna: la emisión de orina sólo se da cuando el niño está despierto. Es poco común, y suele afectar más a las niñas.

  • Enuresis Mixta: la emisión de orina se da tanto durante el día como por la noche durante el sueño.

Además de esta clasificación, hay que tener en cuenta que la Enuresis puede ser:

  • Enuresis Primaria: el niño no ha aprendido a controlar la micción en ningún momento.

  • Enuresis Secundaria: el niño ha aprendido a controlar la micción y ha habido un periodo de tiempo en el que no ha habido emisión de orina, tras el cual, ha vuelto a aparecer.

¿POR QUÉ MI HIJO AÚN MOJA LA CAMA?

La Enuresis es un trastorno que tiene muchas posibles causas que interaccionan entre sí para provocarlo. Entre ellos encontramos:

  1. Factores hereditarios. Hay cierta predisposición genética a sufrir enuresis si algún familiar directo la sufrió en su momento.

  2. Problemas en la respuesta de despertar. Cuando la vejiga se llena, manda señales para despertarnos. Parece que los niños con este problema, necesitan estímulos externos e internos más fuertes para despertarse que los niños que no lo tienen.

  3. Déficit de Vasopresina. Es la hormona encargada de decirle al riñón que deje de producir orina. Los niños que tienen poca Vasopresina, producen mayor cantidad de orina, que excede la capacidad de la vejiga, produciendo la emisión de orina.

  4. Síntoma de diabetes. La enuresis puede ser un primer síntoma de diabetes.

  5. Tener TDAH. La enuresis es más frecuente en niños con trastorno de déficit de atención con hiperactividad.

  6. Problemas con el músculo de la vejiga, que se contrae de manera involuntaria aunque no esté llena, produciendo los escapes de orina.

  7. Tener estreñimiento durante mucho tiempo.

  8. Desarrollo de vejiga pequeña. El niño orina con frecuencia cuando la vejiga no está llena del todo, con lo que la vejiga ve su capacidad funcional disminuida.

  9. El niño no aprendió a identificar las señales fisiológicas que la vejiga le manda cuando está llena y necesita orinar. Puede ser debido a poco refuerzo, poco entrenamiento o hábitos inadecuados.

  10. Situaciones vitales estresantes, como puede ser el divorcio de los padres, nacimiento de hermanos, hospitalizaciones, fallecimiento de algún familiar, problemas económicos en la familia, problemas escolares, abusos sexuales,…

¿QUÉ CONSECUENCIAS TIENE QUE MI HIJO SIGA MOJANDO LA CAMA?

En las familias en las que algún niño está sufriendo enuresis, encontramos que hay varios afectados.

Por un lado, los padres y hermanos del niño, que tienen que encargarse de lavar las prendas y las sábanas que se manchan durante los episodios de enuresis, además de sufrir despertares las noches que ocurre.

Por otro lado, el niño que sufre la enuresis. Los problemas de orina van a tener un impacto emocional muy grande en ellos, provocándoles una gran vergüenza y culpa, que terminarán provocándole altos niveles de ansiedad y el desarrollo de una baja autoestima. Además, sus relaciones sociales pueden verse alteradas, al no querer el niño pasar noches en casas de amigos o en campamentos, por miedo a orinarse. Perderá así la oportunidad de participar en actividades sociales, lo que va a incidir también en su calidad vida.

El niño también puede sufrir problemas derivados de la orina, como erupciones cutáneas en las zonas genitales por el contacto con la ropa húmeda. Por último, hay que tener en cuenta que todo lo anterior, unido al mal descanso por los despertares frecuentes, van a provocar que baje su rendimiento escolar.

¿QUÉ HAGO SI MI HIJO MOJA LA CAMA?

El primer paso es que el pediatra le haga una revisión médica completa para descartar afectaciones clínicas, anomalías urológicas o neurológicas, patologías o infecciones. Una vez que comprobemos que no se debe a ninguna de estas patologías, podemos pasar a contemplar con el profesional de la psicología las fases del tratamiento. En el tratamiento de la enuresis, se utilizan varios métodos.

Por un lado, existen aparatos de alarma, llamados “Pipi-Stop”, que utilizan un dispositivo sensible a la orina. Estos sistemas de alarma se colocan en la ropa interior del niño o en las sabanas, y están preparados para sonar en cuanto detecten cualquier cantidad de orina. Se adapta la intensidad del ruido de la alarma a la que sea necesaria para despertar al niño. Cuando suena, el niño se despierta, la desconecta, va al baño a orinar, se asea y vuelve a la cama. Con su uso, el niño va desarrollando una respuesta inhibitoria a orinar o consigue detectar las señales de vejiga llena mientras duerme, lo cuál le despertará antes de que se orine encima.

Por otro lado, hay varias técnicas que los padres y el niño pueden llevar a cabo para ir controlando la necesidad de orinar del niño. Se basan en un programa de despertares programados con una ingesta de líquidos dependiente según el momento del tratamiento. A los despertares se les unen programas de reforzamiento positivo y negativo, técnicas de control de retención y hábitos de aseo. A todo esto se le suma el aprendizaje de hábitos fundamentales como crear horarios para orinar, evitar consumir muchos líquidos antes de acostarse, llevar un registro de las noches en las que hay episodios de enuresis,…

Por último, en algunos casos, el médico puede recomendar el uso de algunos fármacos que ayuden a compensar alguna disfunción hormonal en el niño que esté provocando o aumentando el problema. El tratamiento de cada niño debe ser evaluado de manera individual por los profesionales. El proceso puede parecer tedioso para los padres los primeros días, pero haciendo el esfuerzo, es posible solucionar el problema de enuresis en un tiempo breve.

Olga Murcia Monterrubio.

Psicóloga en PROMENTE psicólogos