LA IMPORTANCIA DE LA RESPIRACIÓN

LA IMPORTANCIA DE LA RESPIRACIÓN

La respiración es el primer acto que realizamos al nacer siendo además de una función constante
e indispensable para la vida, la causante de un adecuado desarrollo del sistema estomatognático,
pues través de ésta nos conectamos continuamente con el medio ambiente que nos rodea. Pero
respirar, conlleva mucho más, nos predispone la calidad de vida. Un dato que revela esto, es que
existen diferencias cefalométricas estadísticamente significativas en cuantos a las estructuras
cráneofaciales y vías aéreas entre los respiradores orales y los respiradores nasales, es decir,
aquellas personas que respiran a través de la boca desarrollan diferencias anatómicas y
funcionales dispares a las personas que respiración de forma nasal.

Algunas de estas diferencias
son:
– Los respiradores orales presentan un paladar más largo en comparación con los
respiradores nasales.
– Los respiradores orales presentan una posición más baja del hueso hioides.
– Los respiradores orales presentan una menor dimensión anteroposterior de las vías
respiratorias.

Aunque pueda parecer que esta consecuencia sólo afecta a la anatomía de nuestros órganos, hemos
de conocer que nuestra forma de respirar determina la función correcta o anómala de las funciones
que realizan esos órganos.

Cuando la respiración no se realiza de forma nasal, su etiología suele deberse a causas congénitas
como hipertrofia amigdalar, hipertrofia de adenoides, hipertrofia de cornetes, desviación del
tabique nasal, rinitis alérgica, atresia de coanas o causas adquiridas entre las que destacamos el
uso prolongado del biberón o el chupete y la succión digital.

¿Pero qué consecuencias para nuestra salud puede derivar de este suceso? Los casos de
respiradores orales desarrollan alteraciones muy similares entre ellos, siendo estas las
maloclusiones dentales, que además pueden llegar generar dificultades en la pronunciación de
algunos fonemas, los ronquidos y las dificultades de sueño, el babeo excesivo, y problemas
relacionados con la fonación y la voz.

El modo respiratorio correcto es aquel en el que el aire es ingresado por la nariz, con la cavidad
oral cerrada. Para considerar un patrón respiratorio adecuado, se utiliza la nariz y la entrada-salida
de aire es silente. Los labios permanecen cerrados, la lengua alta y apoyada en el paladar. La
función de la nariz no solo está en la respiración o en la olfacción, sino que cumple otras muchas
funciones como actividades antimibrobianas, filtración, humidificación o calentamiento del aire.

A veces, los profesionales podemos caer de forma errónea en el tópico de “empezar la casa por el
tejado” y olvidamos que la respiración es la primera pieza del puzzle. Es por todo ello por lo que
se debería prevenir la respiración oral, y reconocer las señales que delatan su presencia con el fin
de realizar acciones preventivas y correctoras. La respiración nasal supone una mayor calidad de
vida, condiciona el desarrollo del sistema estomatognático y mantiene en equilibrio a todo el
organismo.