LA TEORÍA DE LA MENTE: “YO CREO QUE TÚ CREES…”

LA TEORÍA DE LA MENTE: “YO CREO QUE TÚ CREES…”

En un momento determinado, Sally coloca dentro de su cesta una canica y sale de la escena. Una vez que Sally se ha ido, Anne saca la canica de la cesta de su amiga y la coloca en su caja. A continuación, Sally vuelve a la escena y se les pregunta a los niños que disfrutan del teatrillo: “¿dónde buscará Sally su canica?”.

Este experimento de Barón-Cohen y cols. (1985), aunque sencillo, dio el pistoletazo de salida a la multitud de investigaciones posteriores desarrolladas entorno al concepto de la Teoría de la Mente.

Para responder a esta tarea con éxito, es preciso que los niños de los que hablamos tengan en cuenta que el primer personaje de la historia, Sally, tiene una creencia falsa respecto a lo que está ocurriendo; puesto que ella no sabe que su amiga Anne ha cambiado la canica de lugar. Por tanto, es imprescindible que diferencien esta falsa creencia de Sally de las suyas propias sobre la verdadera ubicación de la canica. En conclusión: es necesario que se pongan en el lugar de Sally.

Se constató que los niños normotípicos menores de 4 años (aproximadamente) responderían a la pregunta que Sally buscaría la canica en la caja de Anne, ya que no tienen la capacidad de tener en cuenta otro punto de vista que no sea el de uno mismo. En este sentido, esos niños creen que lo que conocen es lo mismo que lo que todos piensan y saben.

Definiríamos la Teoría de la Mente, por tanto, como la capacidad del ser humano de inferir, deducir o atribuir los estados mentales (pensamientos, intenciones, deseos) de los demás. Dicho de otra forma, se trata de nuestra habilidad de “ponernos en la mente del otro” de tal manera que entendamos que esos otros pueden tener pensamientos, intenciones y deseos diferentes de los nuestros.

De esta manera, su función es clara: usar esa información para entender y anticipar el comportamiento, además de controlar y estructurar la propia conducta como consecuencia de ello. Es esencial, por ende, tanto en las relaciones sociales como en la capacidad de ajustarse al entorno, a lo que nos rodea.

Aunque nos pueda resultar familiar a otro término como es el de empatía, son dos conceptos relacionados, pero finalmente distintos en psicología. La empatía es la capacidad de comprender y compartir los sentimientos de otra persona. Implica, por tanto, sentir en cierto modo las emociones de los demás.

En resumen, la teoría de la mente se centra en la comprensión de los estados mentales, mientras que la empatía se enfoca en la conexión emocional y la capacidad de experimentar y entender las emociones ajenas. No obstante, ambos son conceptos que están interrelacionados y son importantes para el funcionamiento social y la comunicación efectiva.